Galeano, E.
En el quehacer clínico después de la formación, la supervisión es una de las herramientas más poderosas con las que contamos para mejorar nuestra práctica, nos permite entre otras muchas cosas, aprender de terapeutas que generalmente tienen más experiencia que nosotros, ubicarnos de mejor manera en nuestro propio trabajo y ampliar nuestro horizonte y panorama en lo que se refiere a las intervenciones terapéuticas y nos ayuda a evitar problemáticas derivadas de nuestra inexperiencia y/o posición ante la terapia.